martes, 9 de abril de 2013
El Puntillismo nació en el seno del impresionismo ,es una técnica pictórica que consiste en la obtención de las gamas cromáticas mediante la aplicación de puntos o rasgos yuxtapuestos de colores planos y que mirados desde cierta distancia producen la adecuada mezcla óptima que define la imagen. A esta técnica también se le denomina Divisionismo, aunque para algunos autores apuntan diferencias evidentes, unas de tipo de compromiso político-social y otras simplemente técnico. El divisionismo lo practican artistas vinculados al anarco-sindicalismo o próximos a las posturas del nacional-socialismo que, con posterioridad, se estableció en la Italia de Mussolini, en cambio los puntillistas carecen de cualquier intención política o social. En cuanto a la técnica se refiere, las pinceladas de los divisionismos son más largas y gestuales que los puntos empleados por los puntillistas, resultando unas composiciones más dinámicas, acercándose a los postulados de los futuristas.
El iniciador fue Seurat a principios de la década 1880. Esta técnica nace dentro del seno del impresionismo siendo sus máximos representantes Seurat y Signac que, de la misma manera que en el impresionismo, se basan en las teorías de los colores complementarios para potenciar la fuerza de los mismos, profundizando en el empleo científico de los colores.
Otros pintores que formaron parte de este movimiento fueron Charles Angrand, Henri-Edmond Cross, Maximilien Luce, los belgas Henri Clemens van de Velde y Theodore van Rysselberghe, y los italianos Gaetano Previati, Daniele Ranzoni y Giovanni Segantini.
Rayonismo es el movimiento artístico ruso creado por el pintor Mijaíl Larionov alrededor de 1910 y reconocido como una de las primeras manifestaciones del arte abstracto. Dicho movimiento tuvo corta vida por lo que no llegó a crear escuela.
Para llegar a la concepción de esta tendencia artística, Larionov se basa en la observación de los rayos solares analizando la luz, las inflexiones y reflexiones luminosas que se entrecruzan entre sí. Coincidiendo todo esto con el descubrimiento científico de la radiactividad y de los rayos ultravioletas, por lo que intenta plasmar la percepción de los rayos que emanan del objeto y la propagación rápida y simultánea de la luz, deformando la realidad y convirtiendo, al color, en el tema central de la obra. De nuevo la vanguardia transgrede los códigos figurativos tradicionales atendiendo a una verdad científica, como lo son los estudios que realizó sobre la luz y su incidencia en los objetos. Todo este compendio de planteamientos los esboza Larionov, en 1909 en la obra no figurativa titulada El Cristal que fue expuesta en el Museo Guggenheim de Nueva York.
Larionov continuó su búsqueda con la creación del grupo Valet de Carreau y con la exposición La cola de asno (1912). En 1913 publicó el manifiesto del movimiento, redactado por él mismo y firmado por numerosos artistas, entre ellos su compañera Natalia Goncharova; más tarde inauguró una exposición rayonista titulada El blanco.
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